Tener unos dientes blancos es fundamental para poder sonreír tranquilamente ante las cámaras o para reírse a carcajadas después de un buen chiste. Pero con el paso de los años nuestros dientes van perdiendo blancura tornándose cada vez más amarillentos. Es por eso que lo primero que hay que hacer es dejar los malos hábitos de lado y preocuparse por mantener una buena higiene bucal. Pero hay quienes se preocupan lo suficiente por sus dientes y aún así no logran conseguir un blanco relativamente decente. Sin embargo, la naturaleza siempre nos entrega soluciones y este caso no es la excepción.
Cepillarse los dientes con jugo de limón y agua tibia también ayuda. Aunque hay que ser constante para comenzar a ver los resultados.
El bicarbonato también es otra opción para evitar que el esmalte se debilite. Para lograr buenos resultados hay que mezclarlo con agua tibia y luego cepillarse los dientes una vez a la semana con esta mezcla.
Fuente: Natalie Botanicals
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